En la búsqueda de mejores precios, las familias cambian los comercios de cercanía por los supermercados

En los despachos oficiales entienden que los consumidores se trasladan a los grandes centros de compra porque allí están los productos contemplados en los acuerdos oficiales. Sin embargo, en el Gobierno reconocen que el IPC de marzo se acercará al 7%.

En un contexto signado por la alta inflación, las diferencias de precios hicieron que las familias comenzaran a trasladar sus consumos desde los comercios de cercanía a los supermercados, en donde encuentran artículos contemplados en los acuerdos que impulsó el Gobierno. Pero el limitado alcance de esos programas a, por ejemplo, almacenes, es uno de los factores que identifican en los despachos oficiales para justificar la aceleración del nivel de precios, que para marzo se espera en al menos 7% mensual.

En la Secretaría de Comercio que conduce Matías Tombolini circularon esta última semana dos informes. Uno arrojó que este mes hubo una desaceleración en los aumentos de los principales productos de consumo masivo, en línea con las mediciones de los funcionarios de esa dependencia. El otro mostró que los consumidores tomaron nota de que en las grandes superficies que forman parte de Precios Justos consiguen mejores ofertas.

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El primero es un relevamiento sobre 8000 alimentos y bebidas en 8 supermercados que publica cada viernes la consultora LCG, el cual exhibió una inflación del 0,46% para última semana de marzo. Esa variación implicó que en las tres semanas del mes hubo desaceleraciones consecutivas. “El índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual de 5% promedio en las últimas 4 semanas. En lo que va del mes acumula un 2,7%”, resaltó la consultora.

La inflación en alimentos y bebidas desaceleró por tres semanas consecutivas.
Esto generó un alivio en Comercio porque coincide con el monitoreo diario sobre casi 12.144 productos que incluidos en Precios Justos, en donde observó que el aumento promedio del último mes fue 2,9%, por debajo de la pauta de 3,2% del programa. En el mismo periodo de febrero, el mismo relevamiento había arrojado un alza del 4,4%.

“Está claro que hubo un freno a los incrementos, pero no alcanza para decir que bajamos la inflación porque el INDEC mide otras cosas en las que nosotros no tenemos nada que ver. Es lo que pasó con los frescos en febrero y que en marzo pueden volver a presionar”, argumentaron en la secretaría que comanda Matías Tombolini.

El segundo reporte que circuló por los escritorios fue el de consumo masivo de Scentia correspondiente a febrero. Allí se consignó una caída de casi 9% interanual en las ventas de comercios de cercanía, donde históricamente las familias realizaron el 65% de sus consumos. Al mismo tiempo, en supermercados hubo un alza del 8,2% respecto al mismo período del 2022.

Los datos van en línea con los índices que publicó el INDEC sobre enero. Las ventas en los supermercados registraron una suba de 5,3% mensual, mientras que respecto a igual mes del año pasado avanzó 0,8%.

“Las empresas le venden más caro a los almacenes de barrio. Pero ahí no tenemos capacidad de control porque lo cierto es que no tenemos ningún tipo de convenio firmado. Los acuerdos tienen los límites que tiene una economía con 40% de informalidad”, apuntaron en Comercio.

En este contexto, la inflación no da tregua por la cantidad de aumentos de precios regulados como combustibles, prepagas, transporte y educación que se sumarán al alza de los artículos de primera necesidad.

Las consultoras anticipan que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo estará en torno al 7% mensual y acumulará un valor cercano al 20% para el primer trimestre, lo que representa un tercio del 60% que marca el Presupuesto para 2023.

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