Historia secreta de Ignacio “Nacho” Torres, el gobernador que prendió la mecha de las provincias contra Javier Milei
Sus inicios en la política en Trelew, su vínculo con Bullrich y Larreta y los orígenes con Mario Das Neves. Cómo construyó su candidatura y el asesor especial con el que trabajó y hoy está peleado. Perfil del mandatario provincial más joven de la historia.
Un par de años atrás, cuando estaba construyendo su candidatura a gobernador de Chubut desde una banca del Senado, Ignacio “Nacho” Torres contrató a una consultora de estrategias políticas y comunicación, a través de un íntimo amigo suyo. Uno de los dueños era Santiago Caputo, el asesor estrella del presidente Javier Milei. Jamás imaginó que, tiempo más tarde, sería uno de los funcionarios con los que se enfrentaría por la quita de fondos de coparticipación federal y cuyo conflicto lo depositaría en el centro de la escena pública y política.
Aunque en mayo cumplirá 36 años apenas – fue el gobernador electo más joven de la historia argentina -, Torres fue la figura que generó un vendaval político y, acaso, el enfrentamiento más duro entre los mandatarios provinciales y la Casa Rosada.
Nacido en el barrio Los Olmos, en Trelew, trabajó en el sector privado – con las empresas familiares vinculadas al sector de los combustibles y del transporte – mientras tenía tiempo para interesarse en la política. Conoció al entonces gobernador y mandamás chubutense del peronismo, Mario Das Neves.
Pero eligió otro camino: con menos de 30 años fundó el PRO chubutense y se dedicó a construir de cero en una provincia donde el partido amarillo no tenía ninguna ascendencia. En 2015 se hizo cargo de la sede local de la Fundación Pensar – la usina de ideas de la candidatura nacional de Mauricio Macri – y, con el triunfo de Cambiemos, se hizo cargo del PAMI local.
Le prometieron ser la cabeza de boleta 2017 y terminó siendo el radical Gustavo Menna quien la encabezó. Avatares de la política: seis años después sería su vicegobernador.
También el macrismo le había prometido hacerse cargo de Plan Patagonia, que nunca prosperó. Aunque en 2019 fue Rogelio Frigerio quien le armó un lugar en la mesa de Desarrollo Patagónico con el fin de darle vuelo a su figura. Ese mismo año encabezó la boleta de Juntos por el Cambio e ingresó como diputado nacional. Su boleta quedó detrás del PJ.
Dos años después se lanzó a senador nacional y obtuvo una sorprendente victoria que lo posicionó para dar el batacazo el año pasado y ganar la gobernación por 5299 votos contra el peronismo, que no perdía desde hacía más de 20 años. En esa campaña logró una foto impensada antes de las PASO entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
Torres entabló un vínculo cercano con toda la dirigencia del PRO. Desde el propio Macri pasando por Bullrich – a quien confía tenerle afecto – y Larreta, quien colaboró en el fundraising de su campaña provincial. También ganó amigos en Diputados y en Senadores entre las figuras del partido y de otros partidos. En su entorno cuentan que pocos confiaban en que dé el salto cualitativo que dio en estos años. Acaso por ello no tiene un jefe político directo.
Desde que asumió se encontró con una provincia devastada en lo financiero. Pero nunca habló con Milei ni por chat. Solo en la cumbre con los 24 gobernadores. Es más: aún tiene vivo en su memoria que los libertarios hayan elegido a un ex miembro de La Cámpora como César Treffinger- hoy diputado nacional – para ser “funcionales” al PJ chubutense, según razona.
Histriónico, locuaz y con múltiples alcances al círculo rojo empresarial y sindical, fue el animador de la Liga de gobernadores Patagónicos y la de Juntos por el Cambio, quienes lo respaldaron unánimemente en su reclamo por la coparticipación.
Aunque está de novio hace más de seis años, aún no tuvo hijos. Y su vida política nómade lo obligó a ir y venir de Chubut. Acaso por ello en estas horas sabe íntimamente que la pelea con la Casa Rosada recién comienza.