Karina, el cerebro que opera a través de Javier Milei.
Cuando se habla de “la jefa”, todas las miradas se dirigen a Cristina Fernández de Kirchner, quien ejerce su autoridad sobre un conglomerado heterogéneo y levantisco que sólo se mantiene unido gracias a su liderazgo.
Cuando Cristina se llama a silencio por un tiempo o existe la posibilidad de que dé un paso al costado, los subordinados pierden la brújula, estallan las ambiciones y los rencores personales o grupales, y el riesgo de ruptura del colectivo está siempre al caer.
Con la proyección que ha experimentado Javier Milei, los argentinos hemos empezado a conocer a otro “jefe”. Pero, a diferencia de Cristina, tiene un solo subordinado sumiso y obediente, que acepta mansamente su rol de instrumento de las decisiones y estrategias que le impone. Karina Milei –a quien su hermano reconoce públicamente como “el jefe”, a pesar de su condición femenina- ha conseguido mantenerse hasta ahora casi en las sombras, apenas denunciada por sus víctimas -en particular, por Carlos Maslatón-. No concede entrevistas ni su imagen resulta familiar para el gran público. Sólo por ahora. En la medida en que las proyecciones de las consultoras se corroboren en las urnas, le resultará muy difícil mantener ese bajo perfil prescindente. Sobre todo cuando su hermano se refiere a ella con adoración y devoción religiosa.
Con la subida al ring que le impuso Cristina Fernández de Kirchner en su alocución del Teatro Argentino de La Plata, quedó muy en claro que Javier Milei hace rato que dejó de ser un producto de laboratorio mediático. Tal como lo hicieron junto a Néstor Kirchner, hace casi dos décadas, con Mauricio Macri, el enemigo elegido para definir la grieta ahora es el libertario.
Ä partir de esto se entiende perfectamente el disgusto que provocó en la dirigencia de Juntos por el Cambio, sin distinción entre halcones y palomas, el discurso de Cristina, que dirigió el voto “gorila” hacia Milei, en detrimento de sus intereses. Queda claro que un alto porcentaje del electorado de la coalición opositora no es propio, sino que la identificaba hasta 2021 como la mejor opción para evitar la victoria del cristinismo. Con su interna en constante ebullición, resta saber cuán letal será la movida de la vicepresidenta.
¿Quién es Karina, “el jefe” de Javier Milei? Su hermano anticipó que será su primera dama en caso de una eventual victoria electoral.
Karina es el cerebro que opera a través de su mediático hermano. Coordina las apariciones públicas de Javier, y es la que “tiene la última palabra” en todas sus decisiones. Ella fue la que definió su look rockero, la ambientación de sus actos, y hasta el sorteo de su dieta de diputado. También es quien tiene la lapicera en su armado electoral.
En una reciente entrevista concedida a Eduardo Feinmann, Milei enfatizó que “ella es el jefe”. Y apeló a una metáfora bíblica para definir el orden jerárquico existente entre ambos: “Moisés era un gran líder, pero no era bueno divulgando. Y entonces Dios le mandó a Aarón para que divulgue. Bueno, Kari es Moisés y yo el que divulga, nada más, soy solo un divulgador”, sentenció sin ponerse colorado.
Karina Elizabeth Milei es dos años menor que su hermano. Se recibió de licenciada en Relaciones Públicas en la Universidad de Belgrano, pero jamás ejerció. Desde hace más de dos décadas se ha dedicado al tarot y la astrología. Y, en contraposición con la pretendida racionalidad teórica con la Javier pretende justificar sus trasnochadas propuestas, Karina guía todos los movimientos y decisiones de campaña apelando a su experticia.
Karina maneja las redes sociales de su hermano y responde por estos medios por él cuando lo considera adecuado. Está registrada como monotributista y tiene acciones en varias empresas, entre ellas DUSHO SA, que no presentó balance alguno desde su creación y se encuentra en situación morosa ante el Banco Central, por deudas impagas por alrededor de 4 millones de pesos al Industrial and Commercial Bank of China. También emitió diecinueve cheques rechazados por falta de fondos al año 2021 y pesan sobre ella embargos, inhibiciones de bienes y cuentas societarias por casi 5 millones de pesos.
Otras sociedades comerciales de las que Karina Milei forma parte son La Ponderosa SA, de la que su padre fue cofundador. También Neumáticos Acassuso SRL, creada en 2007; y es propietaria de tres empresas offshore: Alkary Investments LLC. (creada en 2015), Arkanor Investments LLC (creada en 2019 y disuelta en 2020), y Piguez Wholesale Group LLC. En todas ellas Karina aparece asociada con sus padres, y están dedicadas a los negocios inmobiliarios en los Estados Unidos. Llamativamente, Javier no figura en ningún caso.
Su principal colaborador es Carlos Kikuchi, quien fue acercado por Domingo Cavallo, para quien realizó tareas de comunicación desde hace décadas. “El japonés” tuvo un meteórico ascenso dentro del clan Milei, a punto tal que es el encargado de negociar alianzas con fuerzas políticas del interior del país. Karina y Kikuchi fueron, además, los responsables de la limpieza de algunos actores de cierta notoriedad pública para que Javier apareciera como la única estrella en el firmamento público. Carlos Maslatón es la más popular de sus víctimas.
“El japonés” es hijo de Malú Kikuchi, periodista vinculada con los servicios de inteligencia en los años 90, cuando era asesora de Maria Julia Alsogaray, Actualmente conduce un programa radial que tiene como principales colaboradores a un economista de culto, Alberto Benegas Lynch (h), muy vinculado con la dictadura cívico-militar y referente de los sectores más autoritarios de la Argentina desde entonces, y a Julio Cirino, por entonces jefe de un “grupo de tareas” del Batallón de Inteligencia 601, sobre quien pesa una causa judicial por su participación en actos de lesa humanidad. Otros personajes de consulta de Carlos Kikuchi son el ex director de la SIDE durante el gobierno de Carlos Menem, Juan Bautista “Tata” Yofre, y el economista y operador Guillermo Cherasny.
Karina Milei, de este modo, no es solamente la profetisa de Javier y su “jefa”, cuya autoridad no está puesta en duda. También es el cerebro financiero de la familia y el nexo con los grupos autoritarios que conforman las principales alianzas de La Libertad Avanza en todo el país. La titiritera que mueve los hilos detrás de la escena. Por ahora.
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